La obra presentaba diferentes problemas de consolidación, fisuras a lo largo de la superficie, así como desprendimientos de la capa pictórica, que se encontraba totalmente alterada, afectando en su totalidad la conservación de la imagen.
Para ello ha sido necesario dotarla de una nueva policromía, acorde a volúmenes de la misma, restituir los elementos escultóricos desaparecidos y afianzar su sujeción. Por último, se ha tallado una nueva cruz arbórea en madera de pino, que ha sido dorada y policromada al óleo.
