Se trata de una obra alegórica realizada en pequeño formato destinada a una colección privada, cuyo simbolismo es la libertad.
Esta aparece representada a través de una figura femenina que con gesto liberador, rompe las cadenas que la unen al mundo sobre el que se sustenta. La composición de la obra, el tratamiento de los ropajes, así como el estudio de la anatomía existentes en la misma, se inspiran en los orígenes clásicos de la escultura.
Remata la obra una cartela que rodea el globo terráqueo sobre la que se inscribe la siguiente leyenda en latín "La verdadera Libertad es la libertad de pensamiento"
